El Santo Rosario – Oración personal y comunitaria

Oración personal y comunitaria

El Rosario no requiere de grandes preparativos ni de materiales especiales. Esto hace que sea fácil rezarlo de manera personal o junto a otras personas. Los modos en los que se suele rezar son variados y se adecuan fácilmente a las necesidades personales o grupales: «o privadamente, recogiéndose el que ora en la intimidad con su Señor; o comunitariamente, en familia o entre los fieles reunidos en grupo para crear las condiciones de una particular presencia del Señor (ver Mt 18,20); o públicamente, en asambleas convocadas para la comunidad eclesial». En la Iglesia se ha alentado desde antiguo la práctica cotidiana de esta oración, teniéndola como un momento especial de la jornada. Lejos de ser una obligación, poco a poco se va convirtiendo en un momento especial para estar con María. Y con Ella, dejarnos conducir a Jesús.

Resulta muy significativo el aliento de los Papas a rezar el Rosario en familia. «En continuidad de intención con nuestros Predecesores ―decía Pablo VI―, queremos recomendar vivamente el rezo del Santo Rosario en familia. El Concilio Vaticano II ha puesto en claro cómo la familia, célula primera y vital de la sociedad “por la mutua piedad de sus miembros y la oración en común dirigida a Dios se ofrece como santuario doméstico de la Iglesia”». Conscientes de que hoy el ritmo de vida muchas veces no favorece los momentos en los que la familia puede estar reunida, se reconoce sin embargo que estar reunida, se reconoce sin embargo en el esfuerzo por hacer un espacio de encunetro familiar para rezar el Rosario una gran riqueza que tendrá efectos muy positivos en la vida espiritual de sus miembros y en la misma vida familiar.

Conviene recordar finalmente que esta plegaria mariana está enriquecida con la posibilidad de obtener indulgencias plenarias. «Se confiere una indulgencia plenaria si el rosario se reza en una iglesia o un oratorio público o en familia, en una comunidad religiosa o asociación pía». Para ello se deben cumplir, evidentemente, las condiciones propias para lucrar la indulgencia.

Preguntas para Reflexionar

  1. ¿Qué lugar tiene el rezo del Rosario en mi vida espiritual?
  2. ¿Cómo puedo ayudar para que otros conozcan y recen el Rosario? ¿Tiene el Rosario una dimensión apostólica?
  3. ¿Conozco suficientemente las enseñanzas y recomendaciones del Magisterio de la Iglesia sobre esta forma de oración?
  4. ¿Qué medios puedo poner para rezar con mayor fruto espiritual esta oración?

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