El diablo con corbata y sombrero

No tendrás otros dioses fuera de mí
(Deuteronomio 5, 7)

Maximón un culto satánico

El culto a Maximón («Rijlaj Mam» o «Rilaj Maam»)

El término adecuado para referirse a esta deidad satánica es el de Maximón, puesto que es supuestamente confundido con El Apóstol Simón el Zelota, pero de santo no tiene nada. Afirma el Reverendo Padre Abelardo Pérez: “Maximón es un fenómeno de gravísima corrupción religiosa, del cual solo Dios sabrá el daño que tendrá en los cuerpos y en las almas”.

A este demonio acuden muchas personas en búsqueda de “trabajos” pidiendo males a otras personas, pidiéndole dinero casa, etc. Es frecuentemente visitado por temas de infidelidades y para hacer que otra persona se enamore de alguien.

El gran problema de Maximón es que no es Dios, ni un santo que viviera según la voluntad de Dios. Maximón («Rijlaj Mam» o «Rilaj Maam»), es una figura maya llamada en Santiago Atitlán como el “el gran abuelo”, que supuestamente cuida a las personas. Ya desde ahí se percibe un gran error puesto que sólo Dios es quien tiene el poder para obrar en nosotros.

Es mucha la gente quien acude con mucha devoción a este personaje en búsqueda de la salud o de bienes materiales, el problema es que a cambio de estos favores se ofrece algo; el demonio siempre busca el lama, lo más valioso, intenta alejarnos de Dios mediante estrategias que convencen a las personas, estas son riquezas, poderes, placeres, etc.

¿Quién es quién?

El 28 de Octubre la Iglesia recuerda al Apóstol Simón quien fue Apóstol de Jesucristo, lastimosamente ese mismo día es celebrado entre los que rinden culto a Maximón su fiesta. Esto tiende a confundir muchas veces a las personas, puesto que se le vende la idea que Maximón es San Simón y no tienen nada en común ambos personajes.

San Simón Apóstol es un santo católico, Apóstol de Jesucristo y en las Sagradas escrituras es llamado Simón el Zelote. Es celebrado junto con San Judas Tadeo el mismo día y ambos son pregoneros de la buena nueva del evangelio de Jesucristo. Mientras que Maximón(«Rijlaj Mam» o «Rilaj Maam»), es una deidad satánica que es adorada principalmente por los pueblos indígenas y su devoción se ha expandido por muchas regiones, pero este ni es santo ni es bueno, es el mismo demonio disfrazado con sombrero y corbata.

Dentro de los muchos testimonios del Padre Abelardo Pérez, exorcista, narra acontecimientos lamentables de personas que van en ayuda de este demonio llamado Maximón y son condenados al infierno por vender su alma a este demonio.

Los cristianos estamos llamados a combatir al mal a fuerza de bien, por ello debemos alejarnos de todos aquellos lugares que rinden honor a este Maximón, y debemos ayudar a aquellas personas que quieren favores de este.

¿Por qué no puede ser un culto cristiano?

Definitivamente el culto a Maximón («Rijlaj Mam» o «Rilaj Maam») jamás será un culto cristiano, puesto que contradice toda la acción buena del cristianismo, en el culto a Maximón se piden males, se piden riquezas se piden enamoramientos, mientras que en el culto cristiano se da gracias a Dios por la vida, por la salud, por lo que nos da, es un culto de alabanza y siempre busca el bien de las personas.  

Lastimosamente hay muchas personas que dicen creer en Jesucristo y que asisten a estos lugares a pedirle cosas a Maximón, esto no puede ser posible, puesto que no podemos como diría el dicho prenderle una vela a Dios y una al diablo, esto no es posible, o somos del Señor o estamos contra el Señor.

¿Cuáles son las consecuencias del culto a Maximón?

El engaño primario del demonio es hacer creer que todo está bien, las personas que visitan los centros de culto a Maximón creen que hacen cosas buenas, algunos escudándose al decir que no piden mal sino solo bien, pero el diablo es el diablo, y como diría el dicho el que juega con fuego se quema.

El problema mayor de este culto al diablo con corbata y sombrero es que se apodera de los que lo buscan “no da nada de a gratis” pide algo a cambio busca principalmente el alma de las personas. Es grabe atentar contra Dios creyendo más en el diablo llamado Maximón y no en Dios. Podemos condenarnos eternamente por algo tan pequeño.

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