Homilía 5º. Domingo del Tiempo Ordinario

La Buena Nueva de este domingo, tomada del Evangelio de Marcos 1,29-39, tiene tres partes importantes, que vamos a destacar y reflexionar a continuación:

  1. CURACIÓN DE LA SUEGRA DE SIMÓN: Jesús entra a la casa y toca a la mujer enferma, manifestándole la vida. Y luego la suegra de Pedro se pone a servirles: porque somos sanados para servir y misionar. ¿qué aprendemos de este hecho?
  • Jesús ingresa/entra a nuestra casa-mundo (pecado-enfermedad) también para sanarnos, levantarnos de nuestros males (corporales y espirituales)
  • Jesús no es un Dios distante, que sana sin acercarse, al contrario, Él se hace presente en nuestros sentidos a través de los sacramentos: la unción de los enfermos, la reconciliación.
  • La realidad del sufrimiento es vencida por Jesús que también en sus heridas sufrió el dolor humano en su propia carne.
  • Jesús viene a “levantarnos” de nuestros males y enfermedades, y una vez levantados nuestra respuesta no puede ser un simple “gracias” porque “somos sanados para servir en la misión” 
  1. RESUMEN DE CURACIONES: por la tarde, en la puerta de la casa, muchos le llevaron enfermos y Él los curó de muchos males. Este episodio relata la lucha de Jesús contra todas las formas del mal (físico-espiritual). ¿qué aprendemos de este hecho?
  • Tenemos que buscar a Jesús. “Nadie puede ser curado si no va al médico”. Porque Jesús estaba en la casa de la suegra de Pedro, y la gente llevaba a sus enfermos y poseídos. Jesús está cerca, ¿dónde está Jesús ahora? En la Iglesia, en los sacramentos… ¿lo busco? Es como ir al médico y aceptar su medicina… la inyección, el jarabe amargo… aunque a veces la medicina de Dios no es la que más nos gusta (querías sacarte la lotería y te salió trabajo, querías ganar el examen y Dios te receta estudiar).
  • El mal es vencido por Jesús. Dice el texto: “curó a muchos enfermos y poseídos” es decir Jesús cura no solamente el cuerpo sino también el espíritu del hombre. A veces hay más enfermedades espirituales que corporales. Por ejemplo: envidia, orgullo, avaricia, venganza, el odio, etc…
  • Conocer a Jesús es un misterio: Jesús impone silencio a los demonios sobre su identidad. Es el misterio de Jesús, que no quiere que le sigan por su fama de milagroso. Además conocer a Jesús requiere un camino, no se le puede conocer al instante. Exige seguirle, descubrirle cada día, hay que saber esperar en Jesús, confiar en Él.
  1. LA ORACIÓN Y LA MISIÓN: en la madrugada, Jesús sale a un lugar solitario a orar para luego ir a la misión. ¿qué aprendemos de este hecho?
  • La importancia de la oración para la misión: la misión se alimenta de la oración. Necesitamos estar con Dios para hablar de Dios, para anunciarlo, porque sin oración no hay fecundidad en la misión.
  • La alegría del Evangelio es una alegría misionera: tenemos que salir de la comodidad, hay que caminar, y sembrar la semilla del Evangelio en otros lugares, y no quedarnos donde se ha tenido éxito. Siempre es tiempo de dar más a la misión. ¡Ay de mí si no evangelizo!
  • La mejor medicina para curar nuestras vidas es acercarnos a Dios a través de la oración y la mision. Esta es la receta de Dios.

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