Nuestra Señora de Luján – Argentina

Advocaciones Marianas en América: Nuestra Señora de Luján – Argentina

Patrona de Argentina, su festividad se celebra el sábado anterior al cuarto domingo de pascua.

Antonio Farías Sáa, un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, la que le había encargado y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en caravana rumbo a Sumampa.

La imagen era llevada en carreta de Buenos Aires a Santiago del Estero cuando se detuvo inexplicablemente a las orillas del río Luján (67km de Buenos Aires), cerca de la casa de Don Rosendo Oramas. Se cambiaron los bueyes y se bajó la carga, pero sin resultado. Los bueyes rehusaban cruzar el río. Entonces alguien observó las dos pequeñas cajas con las imágenes de la Virgen. Bajaron la estatua de la Virgen con el Niño sin que nada sucediera, pero cuando removieron la caja con la Inmaculada, inmediatamente los bueyes echaron a andar. Los asombrados testigos repitieron esto una y otra vez, con idénticos resultados. Así comprendieron que Nuestra Señora quería quedarse en Luján y ellos con gusto y alegría la complacieron. Pronto la noticia se propagó y llegaban numerosos peregrinos. Al principio la imagen fue llevada a la casa de Don Rosendo, quien fabricó la capilla primitiva donde se veneró a Nuestra Señora durante cuarenta años.

Un esclavo escogido por la Virgen: Manuel

Manuel fue traído de África y vendido como esclavo en Brasil. Llegó al Río de la Plata a los 25 años de edad, en la misma embarcación donde venia la bendita imagen de la Virgen. Presenció el milagro en la estancia de don Rosendo y dedicó desde entonces su vida a cuidar a la Virgen de Luján.

La tradición nos dice que Manuel, recibió el don de curación con el sebo de las velas de la capilla y relataba a los peregrinos los viajes de la Santa Virgen, que salía de noche para dar consuelo a los afligidos. Con los años, don Rosendo falleció y el lugar quedó casi abandonado, pero éste hombre fue siempre fiel y continuó al servicio de la Virgen.

Doña Ana de Matos

Viuda de Siqueyras, Doña Matos tenía tierras junto al río Luján, y quería construir una capilla y llevar la imagen a su casa. En el 1671 habló con el Padre Juan de Oramas, administrador de los bienes de don Rosendo y la colocó en su casa, pero la Santa Virgen desapareció y la encontraron en su antigua capilla. Doña Ana volvió a llevar la imagen a su casa y por segunda vez regresó a la estancia de Don Rosendo.

Doña Ana consultó entonces a las autoridades eclesiásticas y civiles, quienes viajaron al lugar y examinaron lo sucedido, esta vez la Virgen fue trasladada en una devota peregrinación y en compañía de Manuel. Desde ese momento la imagen no retornó más a su antigua capilla.

Luego de confirmar la veracidad de lo sucedido, la autoridad eclesiástica, autorizó oficialmente el culto público a la «Pura y Limpia Concepción del Río Luján». Doña Ana donó el terreno para la realización del nuevo templo en el año 1677 lugar en donde actualmente se encuentra la hermosa Basílica de Luján.

El milagro del Padre Pedro de Montalbo

El Padre Montalbo estaba desahuciado cuando en 1684 viajó a Luján. Casi moribundo fue llevado a la capilla. El Negro Manuel le ungió el pecho con el sebo de la lámpara que ardía en el altar y le dio de beber una infusión con abrojos de los que solía desprender del vestido de la Virgen. Don Pedro sano milagrosamente y agradecido se quedó como primer capellán.

El Pueblo de Luján

El lugar empezó a poblarse con los devotos de la Virgen y tomó el nombre de Nuestra Sra. de Luján. En 1755 se le otorgó el título de Villa. La devoción y los milagros aumentaban y el 23 de octubre de 1730, Luján era instituida parroquia. El cura párroco don José de Andújar deseaba ampliar el templo y junto al Obispo Fray Juan de Arregui, iniciaron la construcción, pero esta terminó por desplomarse antes de ser inaugurada.

La Solemne Coronación de la Virgen de Luján

El Padre Salvaire, en 1886, presentó al Papa León XIII, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen. El Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La coronación canónica se realizó el 8 de mayo de 1887.

El santuario recibió de Pío XII el título de Basílica en el año de 1930.

Juan Pablo II bendijo la imagen de Nuestra Señora de Luján el 11 de noviembre de 1995, con ocasión de la visita «ad límina» de los obispos argentinos.

El 13 de noviembre de 1998 el Papa visitó la iglesia nacional de Argentina en Roma, el primer templo de una república americana situado en la diócesis del Papa, y entronizó la imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina.

Dijo el Papa: «En la encrucijada del Tercer Milenio te encomiendo, Madre Santa de Luján, la patria argentina: las esperanzas y anhelos de sus gentes; sus familias y hogares, para que vivan en santidad; sus niños y jóvenes, para que crezcan en paz y armonía y puedan encontrar su vocación humana y cristiana; te encomiendo también el esfuerzo cotidiano y el diálogo solidario de los empresarios, trabajadores y políticos, que en la Doctrina Social de la Iglesia encuentran su inspiración más genuina».

El pontífice también suplicó a la Virgen Patrona de la Argentina que cuide al pueblo argentino, lo sostenga en la defensa de la vida, lo consuele en la tribulación, lo acompañe en la alegría y lo ayude siempre «a elevar la mirada al cielo, donde los colores de su bandera se confunden con los colores de tu manto inmaculado».

El Papa Juan Pablo II visitó la Argentina dos veces, la primera durante la guerra de las Malvinas. El Papa también fue mediador para la paz con Chile.

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