Mensaje de monseñor Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla
con motivo del Día de la Madre
Muy feliz día de las madres a todas las queridas madres, las madres presentes y en el cielo, las madres ausentes y aquellas que van a ser madres. Les saluda su servidor, monseñor Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla.
El día de la madre, pues no puede ser sólo un día. Deben ser todos los días. Pero de modo especial, se celebra hoy. Nosotros, como cristianos, recordamos que la madre es precisamente un espejo de Dios. También lo es el padre, tanto que decía san Juan Pablo II y también el papa Benedicto XVI y papa Francisco: es que Dios es como padre y madre.
¿En qué sentido? La vida humana pasa por la paternidad y la maternidad, claro. Hoy se habla de vientres de alquiler, se habla de una fecundación artificial. Bueno, en realidad esas cosas con la fe cristiana no están muy bien. Y hay que estudiar estas cosas porque no vale lo malo, poniéndole el título de bueno. La maternidad, aunque sea difícil, por una vía natural, es excelente. Si la maternidad, pues a veces puede ser también producto de una situación difícil, de un abuso, puede ser de una violación, pero media vez la vida la vida está concebida, ya es una vida propia de esa persona.
Lo niegan los promotores del aborto y dicen que la mujer es más mujer si, más aborta. Bueno, ellos no fueron abortados, por eso pueden hablar, pero la maternidad es un don de Dios, porque mientras el padre en la casa, va llevando a los hijos por el camino del orden y también la mamá, por así decirlo. El hijo necesita este amor de la madre que le va dando muchísima, muchísima ternura.
Dios también es madre en el sentido en que tiernamente nos ama. Dios es padre porque nos marca un camino. Hoy queremos felicitar a todas las madres, especialmente aquellas que son madres trabajadoras que sufren dejando a sus hijos porque bueno, el mundo es así. No es que la mujer no pueda ser trabajadora profesional, política o presidente de un país. Pero la vocación de la maternidad es fundamental.
La maternidad, como Dios manda y pensemos en esas madres que sufren la soledad por el abandono de los esposos. Pensemos en esas madres que siguen siendo madres, aunque sean mujeres de prostitución, que son obligadas a abortar, que son obligadas a lo peor. La destrucción de la mujer existe en el mundo de hoy, de forma solapada, como dice el Papa: mujeres crucificadas. Pidamos por todas las madres.
Veamos que el Estado responda, porque se propone el aborto. Porque si no puede haber una infección materna cuando la mujer va a dar a luz, no, busquemos una buena atención sanitaria y no recomendemos un asesinato, como lo es el aborto. Pensemos que los hijos que no tienen padre, pues es más fácil que se vayan por el mal camino. La mujer debe tener un matrimonio. Y aunque exista la madre soltera, sabemos que no es lo ideal. Aunque respetamos todas las situaciones.
La Iglesia es mujer, se dice la Iglesia, es madre y maestra. No olviden las madres que son también maestras de sus hijos. En la fe, enseñarles la oración, la frecuencia a los Santos sacramentos y muchas veces a través de la madre pasará la vocación para que los hijos sigan a Jesucristo como sacerdotes, como religiosas.
Muy feliz día de las madres y Dios tenga en su gloria a las madres que ya cumplieron su misión en esta tierra. Por ellas y por todos. Alabemos al Señor, nuestro Padre, nuestra Madre y sobre otra vez de nuestra Madre María Santísima. Amen.
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