Santa Ángela de Foligno fue una mística y terciaria franciscana que vivió en el siglo XIII en la región de Umbría, en Italia. Proveniente de una familia acomodada, Ángela llevó una vida mundana y pecaminosa en su juventud, hasta que experimentó una profunda conversión que la transformó radicalmente.
Después de la muerte de su esposo y sus hijos, Ángela ingresó a la Orden Tercera de San Francisco y se entregó por completo a la vida espiritual. A través de la oración, la penitencia y la contemplación, Ángela tuvo numerosas visiones y revelaciones divinas que la acercaron cada vez más a Dios y a la comprensión de los misterios de la fe.
Los escritos de Ángela de Foligno, recopilados en el Libro de la Experiencia, son considerados obras maestras de la mística cristiana. En ellos, Ángela relata con gran profundidad y elocuencia sus experiencias de unión con Dios, su dolor por los pecados de la humanidad y su ardiente amor por Jesucristo. La Iglesia la ha honrado como una de las grandes santas de la Orden Franciscana y su fiesta se celebra el 4 de enero.
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