La velocidad del mundo actual nos hace sentirnos, a veces, como seres mecánicos y programados, a tal punto que, cuando nos levantamos por la mañana, nuestra mente nos envía información de todas las funciones, acciones, caminos, tareas y actividades que debemos cumplir corriendo, contra el reloj.
Cuando llega la noche y vamos para la cama, nosotros nos sentimos conformados o frustrados, por las condiciones cumplidas o no, en su totalidad en un horario programado. Y hacemos eso todos los días, olvidándonos de algo muy importante: la oración en pareja.
La oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y regresamos a Dios. Por eso, cuando rezamos y mas aún cuando lo hacemos en pareja, nuestra unión matrimonial se fortalece y nuestra fe crece, pues Dios se vuelve el centro de nuestra vida y con Él expresamos nuestras alegrías, tristezas, triunfos, fracasos, ideas y realidades.
Si lo hacemos así con nuestra pareja en el matrimonio, podemos entonces asumir el compromiso de reservar un tiempo para la oración, por la noche por ejemplo, antes de dormir. Algunas veces, el cansancio de la jornada de el día nos invita a dejar esto por un lado, pero la disponibilidad en pareja, nos permite que uno de los dos pueda encargarse de dirigir la oración, mientras el otro acompaña en silencio.
A continuación, comparto 10 pasos que se pueden seguir para rezar en pareja. Bastan solo unos pocos minutos:
- Establecer un horario para rezar juntos.
- Decidir quien va a guiar la oración ese día.
- Tomarse de las manos para rezar.
- Comenzar la oración agradeciendo a Dios.
- Pedir perdón.
- Comprometerse a enmendar los errores.
- Pedir aquello que mas necesitan.
- Afirmar que lo que se ha pedido y ofrecido se cumplirá.
- Expresar a Dios, cuanto se le ama.
- Terminar la oración con un abrazo.
¿Y tu cómo rezas en pareja? comparte tus experiencias.
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