San Timoteo fue uno de los discípulos más cercanos del apóstol San Pablo. Nacido en Listra, en la actual Turquía, Timoteo era hijo de una madre judía y un padre griego, lo que le permitió tener una formación en ambas tradiciones.
Cuando Pablo llegó a Listra en su segundo viaje misionero, se encontró con Timoteo, a quien reclutó como su compañero de evangelización. Timoteo acompañó a Pablo en muchos de sus viajes y se convirtió en su fiel colaborador en la predicación del Evangelio.
Debido a su juventud y a su carácter tímido, Pablo tuvo que animar y exhortar constantemente a Timoteo en su labor apostólica. Sin embargo, Timoteo demostró ser un discípulo ejemplar, llegando a ser ordenado obispo de Éfeso por el propio Pablo. La Iglesia lo venera como santo y lo conmemora el 26 de enero, junto a San Tito, otro discípulo de Pablo.
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