4. Porque la confesión nos ayuda a conocernos.
Nos vemos normalmente en un camino equivocado. Nuestra opinión de nosotros mismos es como una serie de espejos distorsionados. A veces vemos una versión maravillosa y majestuosa de nosotros mismos. A veces vemos una versión grotesca.
La confesión nos obliga a mirar a nuestras vidas de manera objetiva, separando los pecados reales de malos sentimientos y vernos como realmente somos.
El Papa Benedicto XVI dijo: «La confesión nos ayuda a tener una conciencia más abierta más alerta y, por tanto, también nos ayuda a madurar espiritualmente y como persona humana.»
Entonces, ¿cómo promover nuevamente la confesión?
Sugiero siete motivos, para que volvamos con alegría al regalo de la confesión, que Dios nos da a todos, cada uno de estos motivos, es ampliado siguiendo los enlaces:
- Porque el pecado impone una carga pesada sobre nuestra espalda.
- Porque el pecado nos envicia.
- Porque necesitamos desahogarnos.
- Porque la confesión nos ayuda a conocernos.
- Porque la confesión ayuda a los niños.
- Porque confesar los pecados mortales es necesario.
- Porque la confesión es un encuentro personal con Jesús.
Ayuda a alguien a regresar nuevamente a la confesión, ayuda al máximo de personas posibles, a descubrir la belleza de este sacramento libertador.
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