San Marcelo I fue un Papa que gobernó la Iglesia Católica a finales del siglo III y principios del siglo IV. Nacido en Roma, Marcelo se destacó por su firmeza en la defensa de la fe cristiana durante un período de persecución y represión contra los fieles.
Durante el reinado del emperador Majencio, Marcelo fue arrestado y encarcelado por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses paganos. Tras ser liberado, el Papa Marcelo se dedicó a reorganizar la Iglesia de Roma, restableciendo la disciplina y la vida sacramental entre los fieles. Sin embargo, sus esfuerzos le valieron nuevas persecuciones y finalmente fue condenado a trabajos forzados en las calles de la ciudad.
Marcelo murió en el año 309 como consecuencia de los malos tratos y las duras condiciones a las que fue sometido. La Iglesia lo honra como un mártir que entregó su vida por defender la fe cristiana. Su fiesta se celebra el 16 de enero y es venerado como patrono de los enfermos y de quienes sufren por su fe.
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