San David de Gales fue un obispo y santo católico que vivió en el siglo VI en la región de Gales, en el Reino Unido. Nacido en una familia noble, David recibió una esmerada educación y desde joven demostró una gran vocación religiosa.
Después de recibir la ordenación sacerdotal, David se dedicó a la evangelización y a la fundación de monasterios en diferentes partes de Gales. Destacó por su austeridad de vida, su entrega a la oración y su labor de enseñanza. Bajo su liderazgo, los monasterios se convirtieron en importantes centros de espiritualidad y de difusión de la fe cristiana.
La santidad de David fue reconocida por sus contemporáneos, quienes lo consideraban un hombre de gran virtud y cercanía a Dios. Después de su muerte, la Iglesia Católica lo canonizó y lo honra como patrón de Gales. Su fiesta se celebra el 1 de marzo, conmemorando el día en que entregó su alma al Señor. San David de Gales es recordado como un ejemplo de liderazgo espiritual, austeridad y compromiso con la evangelización.
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