En la Celebración Eucarística del Domingo de Ramos, los fieles católicos nunca nos cansamos de dar gracias a Dios. Escuintla tiene tantas cosas para dar gracias a Dios nuestro Señor y por eso con fe y devoción, congregados en la Santa Misa, hemos venido a adorarle.
Humildes gracias demos a Dios,
que en una Hostia todo se dio.
Gracias mil veces, gracias mil veces.
Humildes gracias demos a Dios.
El que en los cielos encendió el sol
vino a este pueblo con gran amor.
Y allí escondido, con blanda voz,
«Dame», me dice, «tu corazón».
OH dueño mío, Rey y Señor,
¿Cómo pagarte tan rico don?
Los que te siguen y oyen tu voz
la vida eterna tendrán, Señor.
Mi pobre pecho siente,
OH Señor, que desfallece de puro amor.
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