Queridos hermanos y hermanas:
Este domingo la Página Sagrada de las Escrituras nos propone un tema tal vez poco esperado, al igual que el domingo pasado: es decir, en nuestra reflexión y vivencia de la Misericordia, hemos de retomar siempre la respuesta responsable que el Señor espera de nosotros.
Hoy, una vez más, Jesús revelador de la Misericordia del Padre cumple en nosotros esa obra excelente: “enseñar al que no sabe, advertir al que está desorientado”.
Hoy se conjugan la misericordia de Dios que actuaba ya en la vida del antiguo Israel y alimentaba su esperanza de vida, de libertad; la hermosa reflexión del Libro de la Sabiduría nos transporta a aquellos tiempos de la liberación de Egipto, de la Pascua de Vida; todas escenas donde “Dios actuaba pero comprometía la esperanza de Israel” vivir la vida nueva, a no decaer en esperanza y fidelidad.
Pero es sobre todo en el Evangelio donde Jesús invita a vivir con responsabilidad los dones de Dios. “Responsabilidad” viene de la palabra “responder”. A lo que Dios nos da, respondemos no con alabanzas del diente al labio, ni con ofrendas que hace de ciertas “iglesias” lugares de negocio religioso.
Jesús enseña:
- A confiar siempre en que él nos ha elegido: llama a sus discípulos “rebañito mío”, pues la Iglesia será siempre un “pequeño rebano”, una familia de Dios en medio de la violencia del mundo;
- A vivir, pues, responsablemente, en “vigilia” como quien espera la visita del mismo Señor. ¡Cuidado con la propaganda del fin del mundo que todavía promueven las sectas!. Esperar en vigilia es “hacer lo que nos toca hacer”, proteger con firmeza aquello que nos fue dado, el don de la vida, de la familia, de la Fe católica; Jesús pone la comparación, “si el padre de familia supiera a qué hora viene el ladrón…” para invitarnos a reconocer que hay oposición a la fe, ladrones como lobos con piel de oveja, buscando dividir la Iglesia, llamar bien a lo que está mal, hacernos perder el compromiso con el Reino de Dios en el mundo;
- De modo especial, Jesús llama a vivir la responsabilidad a los que tiene un servicio entregado y cuidadoso: los padres de familia, los servidores de la Iglesia. A la pregunta de Pedro el Señor responde indicándole un “estilo de misericordia” para tratar a los demás, no con violencia, prepotencia, explotación, sino con verdadero espíritu de servicio, de caridad, de cuidado, ¡qué grande es la responsabilidad de los padres de familia, de los servidores comunitarios!, su situación no es de poder, sino de responsabilidad para ser vivida con Misericordia;
- A valorar pues, lo que nos ha sido dado con respeto, con devoción inclusive, como decía el autor de un Libro llamado “La imitación de Cristo”: “Teme aquello que te ha sido dado, pues sobre ello deberás dar una respuesta al Señor”.
Oremos por los todos los cristianos: la Fe peligra cuando la responsabilidad es sustituida por la superficialidad, el abuso de los demás. Oremos por los que tienen mayor responsabilidad social, familiar, eclesial, que no olviden a quien mucho se le da, mucho se le pedirá.
Que la intercesión de María Madre de Misericordia nos ayuda vivir con esperanza, alegría y responsabilidad este Año de la Misericordia y siempre.
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