PRIMERA LECTURA (JONÁS 3,1-5.10)
En la primera lectura del libro del profeta Jonás, descubrimos en primer lugar la preocupación de Dios por la conversión de los pecadores. De manera que invita a Jonás, su profeta, a ir a anunciarles el arrepentimiento.
Descubrimos esta lectura varias enseñanzas:
- La obediencia a Dios. En primer lugar Jonás no quería ir a anunciar la conversión a los ninivitas. (pensaba que no tenían perdón de Dios). sin embargo, al final terminó yendo y obedeciendo a Dios.
- La importancia de la misión. Sin misioneros no hay misión, y la conversión de Nínive llega a través de la misión de un hombre que a pesar de sus debilidades anuncia la conversión y a través de Él Dios lleva vida nueva a los ninivitas.
- No ser indiferentes a los pecadores. Estamos en mundo deshumanizado, enfermo por el pecado. Por eso no tenemos que ser indiferentes a quienes están mal, debemos anunciarles la conversión. “Porque hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse”.
- Todos tienen oportunidad de convertirse. Nos afirma el texto “los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de saya, grandes y pequeños”… y Dios los perdonó.
EVANGELIO (MARCOS 1,14-20)
El domingo pasado escuchamos el evangelio de san Juan, el cual narraba la vocación de aquellos que siguieron a Jesús por indicación de Juan Bautista. Hoy, el evangelio de san Marcos (1,14-20) tiene dos partes importantes:
- Un breve resumen de la actividad mesiánica de Jesús (14-15): Jesús inicia su misión en Galilea (al norte de Palestina) después del arresto de Juan Bautista. Sus palabras fueron: “se ha cumplido el tiempo el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntase y crean el Evangelio”.
A esto viene Jesús: a anunciar la necesaria conversión de todo hombre al Evangelio, porque siempre es tiempo de conversión para los hombres y tiempo de misericordia de Dios.
- El tiempo de la misericordia de Dios
El tiempo de se ha cumplido: Jesús es el punto de convergencia de todo tiempo, incluso la historia humana se cuenta a partir de su nacimiento. Estamos en el año 2015 (Después de Cristo).
El Reino de Dios está cerca: Dios tiene un plan de salvación para la humanidad: “el Reino de Dios” pero es un reino que está creciendo día a día. Aún hoy hace falta hacer presente ese reino en Escuintla, en nuestras sociedades. ¡Cuántos mueren violentamente en nuestro país! 16 personas diariamente, es contradictorio al reino. Aún no conocemos todos a Cristo, llevar la Buena Nueva a todos.
- El tiempo de la respuesta-conversión del hombre
Conviértanse: ahora le toca al hombre responder a la cercanía de Dios. “convertirse” que significa hacer un cambio de ruta para orientarse hacia un nuevo camino y hacia una nueva meta.
Creer en el Evangelio: creer es adherirse a Dios que salva y se manifiesta en Cristo. Es vivir conforme a su plan.
- La llamada de Cristo para cooperar en su tarea misionera. Cristo nos llama a ser “pescadores de hombres”. Cristo-misionero invita a otros a misionar.
- ¿Cuáles son los retos para ser pescadores de hombres?
- Debemos escuchar su voz y dejarnos pescar por Cristo: en efecto, Él pasa delante de nosotros y en primer lugar, nos pesca, nos toma para sí y nos llama para ser “pescadores de hombres”.
- Renunciar a todo, o a algo. “Dejando las redes, lo siguieron” Porque ser cristiano-misionero exige renuncia, exige dejar algo, desprenderse de algo, aunque duela, exige formar una nueva familia. ¿tú que has dejado por Cristo? la telenovela, el futbol, el alcohol…
- Seguirle inmediatamente, cada día: porque como decía el Papa Francisco “no es lo mismo la vida sin ÉL”: Hoy cuántos viven sin sentido en el mundo, cuanta deshumanización, en Guatemala parece que no le seguimos… cuantos muertos, asesinatos… nos falta seguirle y anunciarle.
- Ser pescadores de hombres: Es participar en esa pesca misionera, la pesca divina por el Reino de los cielos. ¿Cómo ayudo yo a extender el Reino de Cristo en la tierra? ¿Voy en busca de mis hermanos para acercarlos a Cristo? realicemos nuestra tarea misionera en comunidad, y no cada quien por nuestra cuenta.
- Ser pescadores en la familia y mi comunidad. Cada quien tiene un vocación, un llamado por Dios para sacar de las aguas del mal a aquellos que están más cerca de nosotros y que están muertos en el pecado.
Tú has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos… junto a ti buscaré otro mar.
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