Palabra, Espíritu y Vida.
Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se el puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.
Palabra, Espíritu y Vida.
Mensaje de Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de la Diócesis de Escuintla, para la Solemnidad de Santa María Madre de Dios (C) Lc 2, 16-21.
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