7. Porque la confesión es un encuentro personal con Jesús.
En la confesión, es Cristo el que sana y nos perdona a través del ministerio del Sacerdote. Tenemos un encuentro personal con Cristo en el confesionario. Al igual que los pastores y los Reyes Magos en el establo de Belén, nos encontramos con reverencia y humildad. Y al igual que los santos en la crucifixión, nos encontramos con la gratitud, el arrepentimiento y la paz.
No hay mayor logro en la vida que ayudar a otra persona que vuelva de nuevo a la confesión.
Tenemos que estar dispuestos a hablar de la confesión de la forma en que hablamos acerca de todos los otros acontecimientos importantes de nuestras vidas. El comentario espontáneo «no podrá esta vez porque voy a la confesión» puede ser más convincente que un discurso teológico. Y si la confesión es un acontecimiento importante en nuestras vidas, será también una respuesta adecuada a la pregunta «¿Qué vas a hacer este fin de semana?». Por otra parte, muchos de nosotros tenemos historias divertidas, interesantes y de gran crecimiento espiritual, que podemos compartir sobre la confesión, ¿por qué no contarlas de forma natural a nuestros amigos?
Entonces, ¿cómo promover nuevamente la confesión?
Sugiero siete motivos, para que volvamos con alegría al regalo de la confesión, que Dios nos da a todos, cada uno de estos motivos, es ampliado siguiendo los enlaces:
- Porque el pecado impone una carga pesada sobre nuestra espalda.
- Porque el pecado nos envicia.
- Porque necesitamos desahogarnos.
- Porque la confesión nos ayuda a conocernos.
- Porque la confesión ayuda a los niños.
- Porque confesar los pecados mortales es necesario.
- Porque la confesión es un encuentro personal con Jesús.
Ayuda a alguien a regresar nuevamente a la confesión, ayuda al máximo de personas posibles, a descubrir la belleza de este sacramento libertador.
Descubre más desde Catedral de Escuintla
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.