San Maximiano de Ravena fue un obispo y santo católico que vivió en el siglo VI en la ciudad de Ravena, Italia. Originario de Pola, en la actual Croacia, Maximiano se destacó desde joven por su piedad y su dedicación al servicio de la Iglesia.
Después de recibir una sólida formación teológica, Maximiano fue elegido obispo de Ravena, una de las sedes episcopales más importantes de la época. Durante su episcopado, se dedicó a la construcción y restauración de iglesias, a la promoción de la vida monástica y a la defensa de la ortodoxia católica frente a las herejías que amenazaban a la Iglesia.
La santidad de Maximiano fue reconocida por sus contemporáneos, quienes lo consideraban un hombre de gran virtud y cercanía a Dios. Después de su muerte, la Iglesia Católica lo canonizó y lo honra como patrón de la ciudad de Ravena. Su fiesta se celebra el 22 de febrero, conmemorando el día en que entregó su alma al Señor. San Maximiano de Ravena es recordado como un ejemplo de liderazgo espiritual, compromiso pastoral y defensa de la fe católica.
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