Homilía 29º Domingo del Tiempo Ordinario

Cada domingo venimos a darle gracias a Dios, y a escuchar su voz, su mensaje, su Palabra que quiere transformar nuestra vida. Porque aunque no lo notemos Dios nos transforma, y nos acerca cada vez más a su corazón. Veamos algunos elementos que este domingo la Buena Noticia nos trae:

El Evangelio de Marcos 10, 35-45 nos muestra a Jesús que ya va camino a Jerusalén, a su destino final en la cruz. Los discípulos iban entusiasmados por los hechos grandiosos que había realizado Jesús (milagros, curaciones, multiplicación de los panes, exorcismos…) en fin solo faltaba, según los discípulos, tomar el gobierno, nombrar a los ministros, etc…

De ahí que Santiago y Juan (hermanos) hagan la petición al Señor de algo que estaba muy lejos de ser realidad: sentarse uno a su derecha y otro a su izquierda cuando esté en su gloria. Un verdadero atrevimiento por su parte. Y Jesús les responde: ¡no saben lo que piden! ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?. Y ellos aún sin saber lo que respondían dicen: “sí podemos”… y en efecto sabemos que al final de sus vidas murieron mártires por Cristo. Finalmente el diálogo culmina con la intervención de Cristo que les dice que eso de sentarse a su derecha o a su izquierda no le toca a él concederlo sino para quienes está reservado.

EL PODER DE CRISTO: LA CRUZ

Los discípulos aún estaban distantes de la misión De Cristo, estaban enfermos, su llaga era el poder, la grandeza humana. ¡Qué imperfectos eran aún los apóstoles! El verdadero puesto de honor es estar cercano a él en la cruz (beber el cáliz) ese es el verdadero poder de Cristo: su cruz. Recordemos: “si queremos los mejores puestos en el cielo, tendremos que escoger los peores puestos aquí en la tierra” 

El PELIGRO DEL PODER TEMPORAL

El Evangelio completa la lección de este domingo cuando dice que Jesús reunió a los doce (los otros diez ya estaban indignados) y les habla del daño que causa el poder: la tiranía, opresión, dominación, es decir la extirpación de la libertad. Y les dice que “no sea así entre ustedes”.

El poder temporal, es uno de los grandes peligros del mundo que se insertan en el corazón humano y lo infecta de grandes tentaciones: tiranía, dictadura, soberbia… antes las cuales también nosotros estamos tentados a sucumbir.

En Guatemala la política se ha convertido lamentablemente en una lucha de poder, en “La guerra de la guayaba” como dicen los periódicos. Hasta se cambian de partido los políticos buscando el poder¡¡¡ Pero también en la familia a veces se ejerce mal el poder, porque “un padre nunca debe ser un tirano, un dictador…”

UN PODER DIFERENTE: EL AMOR QUE ES SERVICIO

Jesús habla de un poder diferente que se llama: SERVICIO. Es el servicio lo que caracterizará a los verdaderos cristianos, el servicio y la humildad, porque el poder es fruto de la soberbia (ver a los demás como inferiores) lo contrario es el servicio, porque “servir es amar y amar es servir”. De modo que Cristo nos dice a nosotros también:

“el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el primero que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del Hombre no ha venido a que lo sirvan sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”

Jesús nos enseña que para un cristiano la verdadera grandeza no es el poder, sino el servicio humilde y desinteresado, que no espera recompensa porque es fruto del amor. Por eso hay una unión entre el amor y el servicio.

“SERVIR ES AMAR Y AMAR ES SERVIR” PORQUE EL QUE AMA SIRVE Y EL QUE SIRVE SIEMPRE AMA.

¿Los padres y madres aman a sus hijos? ¿Cómo se demuestra ese amor? Sirviéndoles. ¿Cómo muestra un cristiano que ama? Si es servicial, si se hace esclavo y no tirano.

El servicio es la verdadera grandeza cristiana. Porque el servicio siempre construye, reedifica, y lo contrario el poder destruye y oprime, tiraniza y esclaviza. Una comunidad, un país que sirve, siempre progresa, se construye, lo contrario un país, una comunidad que se sirve siempre destruye y esclaviza.

LOS SANTOS MODELOS DEL AMOR QUE SIRVE

Volvamos la mirada a los santos, porque en ellos la vida de Cristo ha triunfado, se ha transparentado y han logrado amar sirviendo. Por ejemplo:

  • El Santo Hermano Pedro (sirviendo a los más pobres y necesitados)
  • San Juan Pablo II (una vida entera sirviendo a Dios en la Iglesia)
  • Beata Teresa de Calcuta: que decía «El que no vive para servir, no sirve para vivir».

Finalmente recordemos que Cristo es el mejor ejemplo de amor y servicio. Porque no ha venido para ser servido sino para servir porque su amor ha sido infinito y demostrado en la Cruz.


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