Nuestro Obispo de la Diócesis de Escuintla, Monseñor Víctor Hugo Palma, recientemente nos compartió un muy importante Mensaje Pastoral a la Diócesis, en relación al Proceso Electoral.
Y siguiendo la enseñanza del Papa Emérito Benedicto XVI sobre el deber de los Obispos de “emitir un juicio moral también sobre cosas que afectan al orden político» y precisamente para ayudar a la tarea de la reflexión personal y comunitaria, nos invita en su mensaje, a tomar en cuenta estas consideraciones y a interrogarnos antes de votar por un partido y sus candidatos:
- ¿Tienen principios morales compatibles con la valores morales universales que se comparten con la Fe cristiana?
- ¿Avalan con sus actos sociales y personales lo que afirman?
- ¿Tienen una historia personal honorable, de fidelidad a sus propios partidos o caen en la tentación del oportunismo y transfuguismo?
- ¿Garantizan que trabajarán por reconstruir el tejido social en un país dañado por la violencia, la corrupción, la impunidad, el narcotráfico y la pobreza?
- ¿Respetarán la vida, dignidad y derechos de la persona desde su concepción hasta su fin natural?
- ¿Actuarán con transparencia y honestidad y la eficiencia de la justicia para todos?
- ¿Qué proponen para crear fuentes de trabajo y erradicar las causas de la pobreza, o seguirán utilizando a los pobres como escalera electoral?
Reflexionemos sobre no dejarnos llevar por la fuerza emotiva de la propaganda superficial o por intereses particulares de tipo laboral, favoritismos, etc. que son cosas tan inmorales como los que acusamos en los políticos: la actitud moral es urgente en todos en estos momentos, en candidatos y en electores.
No desaprovechemos la búsqueda manifiesta actual de una vida social más honesta y justa. Pero recordemos lo que afirmaba el Patrono de los políticos y gobernantes, Santo Tomás Moro: “Así como el hombre no puede apartarse de Dios, tampoco se puede separar la política de la moral”.
Ya para evitar sustos e indignaciones masivas como las actuales, a la hora de elegir tengamos presente aquel principio fundamental: una persona no puede tener “dos comportamientos éticos opuestos”, uno para la vida pública y otro para en su vida privada y familiar.
Los invito a leer completo el «Mensaje Pastoral a la Diócesis de Escuintla, con ocasión del Proceso Electoral 2015«
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