Reflexión sobre la fiesta de la Divina Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, por Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de la Diócesis de Escuintla.
¡Aleluya, aleluya! el Señor ha resucitado. La Pascua significa «un paso» y Cristo pasó de la oscuridad a la luz y nos invita a que vivamos este paso, para que sigamos profundizando en nuestra fe. Es un tiempo de cambios. Un mayor compromiso con la vida y con el respeto a las personas, una vida nueva en las familias, con paz, perdón y reconciliación.
Hoy recordamos que Dios es misericordioso, que perdona nuestras culpas, la misericordia no es un sentimiento vacío, es una forma de vida.
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