Mensaje Pastoral Diocesano
en el inicio del Adviento 2023
e inauguración del Nuevo Año Pastoral 2024
“Ven, no tardes, Divino pescador de hombres”
Al Presbiterio de Escuintla
A los Seminaristas Diocesanos
A los(as) Religiosos(as)
A los Agentes de Pastoral y Movimientos Laicales
A las Comunidades Parroquiales reunidas en Cenáculos Misioneros
A los hombres y mujeres de buena voluntad en Escuintla
Queridos hermanos:
La abundante gracia de Dios nos permite iniciar una vez más el camino del Adviento para llegar gozos a la Navidad, a la celebración de la venida del “Divino Pescador de hombres” que llenará de gozo y esperanza nuestras vidas (Isaías 9, 3). Sí, el Adviento como camino a Navidad es una senda alegra y al mismo tiempo fuerte y exigente de estas semanas, para llegar a contemplar a Aquel que ha venido a “liberar a los hombres del abismo del mal, la muerte, la oscuridad» siendo Él la verdadera oportunidad y camino de Paz en un mundo en conflicto, Aquel que nos dio la paz mediante por su sacrificio en la cruz (cf. Efesios 2, 14-16) y nos invita a reconocer nuestra dignidad inalienable como hijos de Dios redimidos por Cristo.
En efecto, este Adviento nos marca una senda ante todo de conversión a Jesucristo y determina para toda la comunidad diocesana, en medio del espíritu sinodal que vivimos, la vocación a la misión, llegada la Navidad podremos salir y anunciar al Señor pues “no podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hechos 4, 20). La actitud del cristiano católico ante las sombras de muerte del mundo no es ni de condena ni de alejamiento: ¡es la ocasión de ayudar en la construcción del Reino de Dios allí donde se hace necesario! “es ayudarlas a salir del abismo donde se habían hundido, salvarlas del mal que amenaza con ahogarlas, resucitarlas de toda forma de muerte».
Comparto con Ustedes tres reflexiones para caminar juntos en este tiempo de seria y gozosa preparación a la Natividad del Señor en este 2023:
1) “Salieron de nuevo a pescar” (cf. Juan 21, 1ss). Segundo Año de la Misión en los Cenáculos Misioneros Parroquiales. El 2024 es el segundo año de una forma de vida cristiana católica que nos llena de alegría y exige compromiso, la “repesca” que se realiza en las parroquias de Escuintla siguiendo la narración del Evangelio según San Juan 21, 1ss, Salieron de nuevo a pescar.
• Siguiendo con ánimo renovado la indicación del Señor a “lanzar las redes” en el acercamiento a todos, como nos indica el Papa Francisco, “En la Iglesia hay lugar para todos, porque no es el lugar de los perfectos, sino de los llamados”. Una acción que la que todos, en espíritu sinodal “subimos a la barca del Divino Pescador de Hombres” para ayudar al rescate del misterio del mal que en Escuintla tiene rostros concretos: la violencia delincuencial, la desintegración familiar, la corrupción de la justicia administrativa, la degradación de la naturaleza por culpa humana, la influencia del narcotráfico en la política, e la administración de justicia, etc.
• No nos mueve el proselitismo, sino la misericordia pastoral, presente en todos los agentes de esa pastoral, llamados a imitar al Buen Pastor “yendo a buscar la oveja perdida hasta encontrarla” (Lucas 15, 4-5). Confío especialmente a los párrocos y vicarios, a las religiosas y fieles laicos, el seguir la dinámica de formación y seguimiento de los Cenáculos, dentro de la vida Diocesana, como Cenáculo de Cenáculos.
2) “Han conocido el Evangelio de la Vida” (cf. Colosenses 2, 6-11). En la Celebración de los 500 años de la Evangelización de Escuintla. El 2024 será una importante ocasión para dar gracias, con toda la Iglesia en Guatemala, de la llegada del Evangelio a nuestra tierra. En medio del complejo acontecimiento de la Conquista, la sencillez del Evangelio trató de asegurar la dignidad de la persona humana, santos evangelizadores trajeron a nuestra tierra la Presencia Real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento y desde entonces, se ha cumplido en cada celebración Eucarística el mandato del Señor: “Hagan esto en memoria mía” (Lucas 22, 14-20).
• Durante más de 500 años la Palabra de Dios ha iluminado esta tierra, invitando a todos a ser hijos de Dios. Prueba de ellos son poblaciones significativas como la misma cabecera departamental, Escuintla, pero también San Lorenzo Guanagazapa, Santa Lucía Cotzumalguapa, San Cristóbal Palín, etc. Es por ello que el 2024 no puede ser sino un “Año Eucarístico” de acción de Gracias, pues en Cristo nos ha “visitado el Sol que nace de lo Alto para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (cf. Lucas 1, 68-78).
• Nos uniremos a la Celebración Nacional del Congreso Eucarístico “Yo soy el Pan de la vida eterna” (Juan 6, 48) para invitar a tantos que han perdido el sacramento de la Vida, por la obra proselitista el evangelismo pentecostalista, así como para profundizar en la relación entre la Santa Eucaristía y la santificación, la fraternidad y la solidaridad pues La Eucaristía es «la fuente del amor para la vida de la Iglesia» y también es «una escuela de caridad y solidaridad».
3) “Un signo grande en el cielo” (cf. Apocalipsis 12, 1ss). La Consagración de la Patrona Diocesana. Como es sabido, el 9 de Diciembre se consagrará la Imagen de Nuestra Señora de la “Limpia Concepción”, devoción traída en 1578 desde la Nueva España y presente en los Escuintlecos por 500 años.
• En María encontramos en ese tiempo de Adviento el “modelo de la preparación radical, fuerte” hacia la Navidad del Señor, del “Santo de Dios” (cf. Marcos 2, 4ss). En Ella se nos invitará a “hacer el camino de Adviento” también a la Segunda Venida de Cristo, para recibirle con la “pureza de corazón que hace capaz de ver a Dios” (cf. Mateo 5, 8). Esta preparación no es solo a la fecha de la Consagración sino a vivir tres actitudes:
a) Una escucha de la Palabra más intensa;
b) Una acción de la Caridad más fuerte;
c) Una práctica viva del Sacramento de la Reconciliación, como buenos hijos de María Inmaculada, pues mediante la Santa Confesión se reconcilia con la Iglesia al penitente, “El pecado menoscaba o rompe la comunión fraterna. El sacramento de la Penitencia la repara o la restaura. En este sentido, no cura solamente al que se reintegra en la comunión eclesial, tiene también un efecto vivificante sobre la vida de la Iglesia que ha sufrido por el pecado de uno de sus miembros” (cf. 1 Corintios 12, 26).
• Solicito tanto de los Sacerdotes ayudar a vivir este Adviento como “pequeña cuaresma” en el servicio en el Confesionario, así como a todos a no perderse en el materialismo de las “fiestas del fin del Año”, las cuales sin Cristo no tienen ningún sentido. Como dicho en los medios de comunicación diocesanos, en este Adviento podremos lucrar la Indulgencia que concedo a quienes se preparan de corazón a la Fiesta Diocesana del 8 y 9 de Diciembre 2023.
Queridos hermanos y hermanas, “Implorar” es pedir con intensidad, con urgencia, con anhelo ¡imploremos pues al Señor! durante todo este Adviento diciendo:
Ven, Maranathá, no tardes Señor Jesús, Divino Pescador de hombres
y llámanos de nuevo a la orilla del mar
para lanzar las redes en tu Palabra!
Que tu paso renueve nuestra vocación de “pescadores de hombres”
y tu presencia Real nos nutra en la misión de la salvación:
para vivir la solidaridad, la justicia,
la fraternidad, el cuidado de la casa común
Escucha a la llena de gracia, María Inmaculada
y derrama tu Espíritu Santo desde este Adviento
en todos y cada uno de nuestros Cenáculos Misioneros Parroquiales:
en el gran Cenáculo Diocesano de Escuintla,
lugar de nuestro encuentro contigo, Divino Pescador de Hombres.
Amén.
Descargar el Mensaje Pastoral de Adviento 2023 (234.4 kb)
Descubre más desde Catedral de Escuintla
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.