El Beato Álvaro de Córdoba fue un sacerdote y religioso católico que vivió en el siglo XV en la ciudad de Córdoba, España. Nacido en el seno de una familia noble, Álvaro demostró desde joven una gran vocación religiosa y decidió ingresar a la Orden de los Predicadores, más conocida como la Orden de los Dominicos.
Durante su vida como religioso, Álvaro se destacó por su profunda espiritualidad, su entrega a la oración y su labor de predicación. Fue un incansable defensor de la fe católica y luchó firmemente contra la herejía y la corrupción que afectaban a la Iglesia en aquella época. Además, se dedicó a la atención de los pobres y enfermos, convirtiéndose en un ejemplo de caridad cristiana.
La Iglesia Católica reconoció la santidad de Álvaro de Córdoba y lo beatificó en el siglo XIX. Es venerado como patrón de los predicadores y de quienes luchan por la pureza de la fe. Su fiesta se celebra el 19 de febrero, conmemorando el día de su muerte. El Beato Álvaro de Córdoba es un modelo de entrega, integridad y compromiso con los valores del Evangelio.
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