Felicidad y Perpetua fueron dos mártires cristianas que vivieron en Cartago, en el norte de África, a principios del siglo III. Ambas eran mujeres de noble linaje que se convirtieron al cristianismo y se negaron a renunciar a su fe, a pesar de las terribles persecuciones que sufrían los cristianos en aquella época.
Felicidad y Perpetua fueron arrestadas y encarceladas por orden del gobernador romano Hilariano. Durante su cautiverio, ambas mujeres escribieron un relato detallado de sus experiencias y visiones místicas. Finalmente, fueron condenadas a morir devoradas por las fieras en el anfiteatro de Cartago.
Felicidad y Perpetua enfrentaron su martirio con gran valor y fortaleza espiritual. Según los relatos, Perpetua tuvo una visión en la que veía a su hermano fallecido, lo que le dio fuerzas para soportar los tormentos. Ambas santas fueron asesinadas el 7 de marzo del año 203 d.C. y son veneradas como ejemplos de fe, valentía y entrega a Dios. Sus restos mortales se conservan en la Basílica de San Vital en Rávena, Italia.
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