Santa Mónica: ¡Ayuda a mi hijo a volver a Cristo!

Santa Mónica, amantísima madre del gran santo Agustín de Hipona —Padre y Doctor de la Iglesia—  tenía mucha tarea con su hijo, que era un estudiante brillante y también un joven hedonista, padre de un hijo extramarital a los 19 años.

Mujer cristiana casada con un pagano, Mónica observaba el camino de su hijo y rezaba fervorosamente por su conversión a Cristo. Durante muchos años, rezó porque el corazón y la mente de Agustín se abrieran por fin, porque tuviera un auténtico encuentro con Cristo y así fuera reformado y reorientado hacia la voluntad de Dios.

La fidelidad de Mónica fue compensada. Santa Mónica es la santa patrona de las personas que viven matrimonios difíciles, que tienen hijos problemáticos, y también patrona de las conversiones de familiares, en especial los hijos de uno.

Ella es la amiga que nos consuela desde el cielo y que entiende bien la desesperación de los padres frustrados y confusos al ver a sus hijos alejarse de la Iglesia. Mónica rezó y ayunó por que sus hijos conocieran a Jesucristo.

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En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
con el peso de mi carga de amor, recurro a ti, querida santa Mónica,
y solicito tu ayuda e intercesión.

Desde tu lugar en el cielo, te imploro que ruegues
ante el Trono del Santísimo por el bien de mi hijo/a, [Nombre],
que se ha desviado de la fe y de todo lo que tratamos de enseñarle.

Sé, querida Mónica, que nuestros hijos no nos pertenecen, sino a Dios,
y que Dios a menudo permite esta deriva como parte del viaje hacia Él.

Tu hijo, Agustín, también se descarrió;
terminó por encontrar la fe y, desde su fe,
se convirtió en un auténtico maestro.

Así que ayúdame a tener paciencia y a creer que todas las cosas
—incluso este decepcionante distanciamiento de la fe—
obran en última instancia según el buen propósito de Dios.
Por el bien del alma de mi hijo/a,
rezo por entender esto y tener confianza.

Santa Mónica,
te ruego me enseñes a ser perseverante en mi fiel oración,
como tú misma hiciste por el bien de tu hijo.
Inspírame para comportarme de manera
que no aumente la distancia entre mi hijo y Cristo,
sino que sólo atraiga a [Nombre]
suavemente hacia Su maravillosa luz.

Por favor, muéstrame lo que sabes
sobre este doloroso misterio de separación,
y cómo se reconcilia en la reorientación
de nuestros hijos hacia el paraíso.

Oh, santa Mónica, amante de Cristo y de Su Iglesia,
ruega por mí y por mi hijo/a [Nombre],
para que ganemos el cielo y nos unamos allí contigo,
en eterna alabanza y agradecimiento a Dios.

Amén.

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